Editorial Fass, S.C. noviembre, 2018
“La productividad de un equipo de inyección de plástico depende directamente del sistema hidráulico que acciona los pistones para cerrar el molde y así formar las piezas que quiere comercializar el usuario, y ésta a su vez, depende del fluido que esté utilizando, el cual, en muchas ocasiones no se selecciona de una forma correcta”, comentó durante su participación en el ciclo de conferencias de Expo Plásticos 2018, en Guadalajara, Jorge Leyva, Especialista de Campo de Chevron para México. “Se estima que aproximadamente el 82% de las fallas mecánicas son causadas por partículas indeseables en el lubricante, y se puede perder un alto porcentaje de la eficiencia del sistema hidráulico antes de siquiera notarlo”
Ante esta problemática, Chevron a través de su programa de Evaluación Mejor en su Clase de RBL, está lanzando los productos ISOCLEAN™ – una tecnología propietaria que elimina de forma gradual y controlada, las partículas dañinas del fluido, garantizando la obtención de un código de limpieza ISO 4406 sin afectar en absoluto el desempeño del lubricante en el equipo. Lo que se traduce en: Mayor desempeño del lubricante, Incremento de la vida útil del equipo y sus componentes, mayor productividad de la empresa y una reducción en los costos totales de operación.
“¿Cómo se mide la productividad en un equipo de inyección de plástico? – Podríamos simplificar la respuesta a: El número de piezas generadas por ciclo de inyección, minimizando la merma de materia prima y utilizando la menor cantidad de energía para hacerlo. Aunque pareciera que el fluido hidráulico no tiene relevancia alguna, es lo que permite: a) que el ciclo de inyección se mantenga en el rango adecuado (protegiendo a válvulas, manteniendo la eficiencia de la bomba, etc.), y b) que la fuerza generada en el molde sea la suficiente para evitar malformación en la pieza final. Por este motivo, es tan importante trabajar en conjunto con los usuarios de la transformación del plástico para que la correcta selección, el almacenamiento y el uso del lubricante tenga impactos positivos en la rentabilidad de su negocio y ayude a recuperar las fuertes inversiones que hacen en sus equipos.”
Jorge Leyva explicó a los participantes que cuando se trata de limpieza del fluido, no son las partículas que podemos ver a simple vista las que nos deben preocupar, sino aquellas que no vemos, pues son las que por su tamaño pueden atravesar tolerancias reducidas e incluso filtros de alta eficiencia, generando desgaste prematuro en componentes del sistema hidráulico que reduce la eficiencia y productividad de la máquina. “Los sistemas de hoy en día son mucho más compactos, mucho más eficientes y operan a mayores presiones; eso significa que las tolerancias son más estrictas, la fuerza que genera en el fluido es mayor, por lo tanto, entre más partículas tenga este fluido mayor va a ser el daño que genere a las válvulas, a las bombas y a todos los componentes del equipo”.
Sobre cómo medir esta concentración de partículas, el especialista de Chevron indicó que existe una normatividad ISO (La 4406), que agrupa en códigos de limpieza dos parámetros, el tamaño de partícula (de 4, 6 y 14 micrones) y la cantidad de estas en cada ml de aceite.
“Es sumamente importante considerar, además de los parámetros de desempeño, las exigencias de limpieza que los fabricantes de los equipos requieren para su óptimo funcionamiento”. “Los filtros con los que cuentan los equipos solo removerán las partículas cuando el fluido está en operación y probablemente ya generaron el daño. Es por ello por lo que nuestra solución para la industria del plástico es comenzar limpios con los productos certificados ISOCLEAN™, ayudarlos a monitorear el estado de su equipo con el programa LubeWatch® y mantenerse limpios con el apoyo del Industrial Performance Group™” Concluyó.