Jazmín Salazar | CEO y Fundadora de Oxtron

Experimentamos otra primavera de olas de calor récord en México, las cuales se presentan como un recordatorio más de la crisis climática que pone en peligro nuestro planeta y a todos los que lo habitamos. Según la Universidad Nacional Autónoma de México, el país ha experimentado 3 de las 5 olas previstas para este año, en las que las temperaturas superan los 45°C en algunas regiones del país y se espera que las restantes olas intensifiquen las sequías.

Desde el año pasado, el Secretario General de la ONU declaró que “ha llegado la era de la ebullición global”, pues los continuos incendios forestales y las temperaturas de calor extremo que asolan varias partes del mundo son el claro ejemplo de cómo el cambio climático se hace cada vez más presente, reforzando con ello, la necesidad de tomar medidas y mostrar liderazgo en esta materia, no solo para mitigar sus riesgos, sino para generar oportunidades en todos los sectores.

No cabe duda que es imposible no prestar atención a los riesgos reales que las olas de calor extremo suponen no sólo para las familias y las comunidades, sino también para las empresas. En México, por ejemplo, las temperaturas récord están provocando un aumento del número de enfermedades relacionadas con el calor, así como de una reducción de la capacidad laboral.

De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, la productividad laboral disminuye cuando la temperatura supera los 24 a 26 °C y al alcanzar los 33 o 34 °C, los trabajadores pierden un 50% de su capacidad.

El mismo reporte indica que para 2030 se perderá aproximadamente 2.2% del total de horas de trabajo en todo el mundo debido a las altas temperaturas; particularmente en el sector agrícola y de construcción, la pérdida prevista de horas de trabajo en todo el mundo aumentará a un 3.8%, el equivalente a 136 millones de puestos de trabajo, generando con ello una pérdida estimada en 2.4 billones de dólares, cifra que en países en vías de desarrollo aumentará significativamente.

En el caso específico de México, para el 2030, el estrés térmico provocará un 0.90% de reducción en las horas laborales, costando aproximadamente una pérdida de 544.4 mil empleos en los sectores de agricultura y construcción.

El cambio climático está haciendo que las olas de calor sean más grandes y se desplazan más lentamente por todo el planeta afectando a más gente durante períodos más prolongados, en zonas más extensas. Desde 1979, las olas de calor mundiales avanzan un 20% más despacio -lo que resulta en que más gente pasa calor durante más tiempo-, pero también, el aumento en su incidencia ha aumentado 67%, según un estudio de Science Advances.

Este estudio descubrió que las temperaturas altas en las olas de calor son más cálidas que hace 40 años y que el área bajo una cúpula de calor es mayor, con respecto a esto último, de acuerdo con expertos de la UNAM, en la Ciudad de México, además de las olas de calor, la temperatura se eleva aún más por el efecto invernadero propio de su ubicación en una cuenca; a esto contribuye la emisión de bióxido de Carbono (CO2) a la atmósfera por diversas fuentes, lo que resulta en una concentración de ozono del orden de 7 u 8 partes por millón, aumentando en conjunto la temperatura, la radiación y las reacciones químicas.

Todo lo anterior subraya la clara urgencia de tomar medidas frente al cambio climático, sin embargo, además de hacer frente a estas amenazas, generar soluciones y desarrollar  métodos que nos permitan anteponerse a un clima cada vez más impredecible es urgente tanto para gobiernos como para empresas. Aunque el panorama climático presenta importantes retos es importante no perder de vista las oportunidades que surgen para reducir rápidamente nuestra huella de carbono.

De acuerdo con Enlight, México tiene grandes posibilidades medioambientales debido a su ubicación geográfica, siendo el segundo país en Latinoamérica con mayor capacidad fotovoltáica, lo que aumenta la posibilidad de reducir los gases de efecto invernadero (GEI), así como el desgaste hídrico.

De hecho, según un estudio de McKinsey, más del 85% de la reducción de emisiones se lograría mediante tecnologías de descarbonización que se encuentran al menos en su fase inicial, mientras que el 60% podría alcanzarse mediante tecnologías que ya están en fase de adopción temprana o totalmente maduras.

Los beneficios para las empresas que actúan ahora para reducir la huella de carbono de toda su cadena de suministro ya son evidentes ya que soluciones de descarbonización como Oxtron ayudan a sus clientes, sobre todo aquellos que no pueden permitirse un departamento interno de sostenibilidad, que implementar tecnología para la captación, monitoreo y gestión de sus emisiones puede reducir entre un 80 a 90% de su huella de carbono a lo largo de sus cadenas de suministro, lo que en el ámbito de la política climática se conoce como “emisiones de alcance 3”, pues ofrece acciones de descarbonización que tienen más sentido para los negocios, considerando las funciones de esas características centrales de la empresa.

Ya somos testigos de cambios en nuestro planeta, con picos de temperaturas extremas, aumento en la frecuencia de olas de calor, mayor contaminación atmosférica en las ciudades; desertificación de zonas fértiles; los cambios en la agricultura y la ganadería, que provocan escasez de alimentos, afectando a la población en general.

Los esfuerzos de descarbonización mundial permiten que hasta 2020 se lograra se captura y almacena 40 megatoneladas de CO2 al año, sin embargo, esta cifra debe multiplicarse al menos por 100 de aquí a 2050 para cumplir los escenarios de balance medioambiental, de acuerdo eon el Foro Económico Mundial.

Las emergentes tecnologías de captura, más eficaces y baratas, están cambiando las perspectivas e impulsando las metas globales y aunque el camino que falta por recorrer presenta retos importantes, la captura y almacenamiento de carbono está cada vez mejor situada para contribuir de forma significativa y necesaria a la consecución de emisiones netas cero a mediados de siglo.

Alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en 2050 exige un enorme esfuerzo por parte de toda la sociedad y no depende solamente de cómo el mundo cambie sus comportamientos, sino también de cómo nosotros utilicemos creemos las condiciones que permitan la innovación continua, que posibiliten el bienestar del planeta y de sus habitantes. Para conocer cómo tu empresa puede contribuir a disminuir el impacto del cambio climático y el auge de las ondas de calor, visita: https://www.oxtron.mx/es

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