Editorial Fass, S.C. mayo, 2019

Nuestro país es uno de los proveedores de autopartes más importantes a nivel mundial: columnas de la dirección asistidas, mangueras, radios, sistemas de ensamble, arneses, aires acondicionados, transmisiones, chasises, bolsas de aire; por lo que las empresas vinculadas a este sector deben adaptarse a los cambios que exige la certificación IATF 16949:2016, desde septiembre de 2018.

Según el reporte Conociendo la Industria automotriz del INEGI (noviembre 2018), la fabricación de automóviles y camiones sobresale por ser la actividad que más aporta al Producto Interno Bruto (PIB) y la actividad que más crecimiento presentó en siete años.

El estudio señala que de 2010 hasta 2017, la fabricación de automóviles y camiones registró un crecimiento promedio anual de 12.9%, mientras que la manufactura de partes para vehículos automotores tuvo un avance de 11.9 por ciento.Del total del PIB de la industria automotriz, el 55.3% lo aportó la fabricación de vehículos, mientras que el 42.6% lo hizo la manufactura de autopartes y resto lo conformó la fabricación de carrocerías y remolques.

La manufactura de autopartes está adaptándose a las nuevas disposiciones tras migrar a la nueva certificación y seguir en el mercado de la industria automotriz: “El IATF 16949:2016 no es un estándar independiente de gestión de la calidad, sino que se implementa como un suplemento de/y en conjunto con ISO 9001:2015”, mencionó Ricardo Contreras, instructor de BSI.

Esta versión del estándar permite a las organizaciones mejorar continuamente su Sistema de Gestión de Calidad (SGC) y dar respuesta a los retos que se han generado en las cadenas de suministro y el competitivo mercado global de la industria automotriz.

IATF 16949:2016 consta de por lo menos 34 procesos, 21 documentados y 13 establecidos, más los requeridos por la organización para su operación a lo largo de todo el SGC: “Es el esfuerzo de la industria para estandarizar los requerimientos de ISO 9001:2015; se trata de una excelente herramienta para desarrollar la resiliencia de la empresa e incrementar la satisfacción del cliente y la mejora continua”, señaló Contreras.

Todos los proveedores de la industria automotriz y cadena de suministro, que sean Tier 1, deben cumplir con IATF 16949:2016, con los estándares de calidad, volumen y entrega para las grandes compañías, éstas serán las que sobrevivirán ante los retos del entorno internacional cada vez más complejo, en el cual se desenvuelven las organizaciones de esta industria.

“Debemos incentivar que las empresas tanto en lo interno como en lo externo estén motivadas en aplicar los sistemas como una herramienta de prevención control y mejora continua”.

Muchas pequeñas y medianas empresas reciben capacitaciones para certificarse en acuerdo a la nueva norma IATF 16949:2016 dentro de la industria automotriz, han constatado que:

  • Facilita la mejora continua.
  • La evaluación asegura el monitoreo y la mejora de los procesos.
  • Incrementa las oportunidades de mercado.
  • Es posible demostrar a los clientes los excelentes niveles de seguridad, confiabilidad y rastreabilidad a lo largo de toda la cadena de suministro.
  • Mejora en la eficiencia.
  • Genera ahorros sustantivos de tiempo, dinero y recursos.
  • Asegura el cumplimiento.
  • El sistema cuenta con el soporte de las autoridades regulatorias y mitiga sus riesgos.
  • Motiva, compromete e involucra al personal.
  • Promete procesos internos más eficientes y un mayor énfasis en el conocimiento.
  • Ayuda en la comercialización.

Al proporcionar un enfoque integrado en la gestión organizacional, se mejora la habilidad de satisfacción a los clientes. Es necesario tener los procesos de la operación controlados desde los requerimientos del cliente hasta la entrega. Es decir, evaluar el desempeño y hacer acciones de corrección y mejora constantes.

En todo esto se incorporan, además de la Estructura de Alto Nivel (Anexo SL) y el estándar ISO 9001:2015, nuevas definiciones y requisitos innovadores relacionados con refacciones falsificadas, la seguridad del producto, el comportamiento ético, los factores humanos, la gestión de datos o la obsolescencia y la especificación de ciertos requisitos de documentación.

Las cláusulas de esta certificación abarcan: contexto de la organización, liderazgo, planeación, soporte, operación, evaluación del desempeño y mejora.

Contexto de la organización. Considera la combinación de factores internos y externos y las condiciones que puedan afectar el enfoque de la organización, de sus productos, servicios, inversiones y partes interesadas.

Liderazgo. Requisitos específicos de los directivos, los cuales se definen como las personas o grupo de personas que dirigen y controlan una organización en su nivel más alto.

Planeación. Determina las acciones para determinar los riesgos y las oportunidades.

Soporte. Recursos, infraestructura, gente adecuada para cumplir con las metas de la organización. Incluye competencias, conocimiento y comunicación del SGC.

Operación. Implementación de los planes y los procesos que le permiten cumplir a la organización los requisitos de los clientes. A diferencia de la norma automotriz anterior, esta se enfoca con mayor fuerza en los proveedores. Reconoce la gestión eficaz de los riesgos
en la cadena de suministro, en especial en relación con la calidad del producto.

Evaluación del desempeño. Abarca los requisitos de medición, análisis y evaluación. Qué necesita medirse y los métodos que se utilizarán. Auditorías internas.

Mejora. Identifica y determina las oportunidades de mejora en los procesos para incrementar la satisfacción del cliente.

“Las empresas mexicanas que se adapten serán las que permanezcan de manera competitiva en el mercado automotriz mundial”, concluyó el instructor, quien además reconoció que BSI lleva a cabo una serie de talleres y pláticas para dar a conocer los cambios de esta norma internacional.

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